Casting Devan Tully

El día pasaba lentamente para el heredero de Leyton Tully,  el cual buscaba matar el tiempo encordando su arco para que antes del atardecer pudiera cabalgar a algún pequeño bosque cerca de Aguasdulces desde donde abatir alguna presa, ya fuera un animal o un ave, lo que fuera con tal de eludir durante otra tarde a Leyton o a cualquiera de sus vasallos, especialmente los de edad más avanzada. Devan odiaba las comparaciones que estos le hacían con su padre a su edad, "Nos recuerdas a tu padre cuando tenía la misma edad que tú, aunque él ya había combatido en varias ocasiones". Y otros comentarios similares cada vez que le encontraban entrenando, cortejando a alguna dama de  Aguasdulces o haciendo cualquier otra cosa que pudieran relacionar con su caballeroso padre en juventud.

Devan buscaba mantenerse apartado de aquello, aunque tampoco era huidizo, no era un cobarde, algunas veces no se molestaba en refrenar su lengua y acababa burlándose o por lo menos desprestigiando a aquellos que se le antojaban exceso cargantes con aquél tema que tan incómodo se le hacía. Aquella mañana sin ir más  lejos casi discutió con un Blackwood que conocía de tiempo atrás, cuando fue pupilo en Árbol de los Cuervos. El motivo fue si aquél muchacho representaba los valores del caballero de los que tanto alardeaba, luego de ello la conversación derivó en que de nada servían más que para privarse de cosas y que la mitad de lo que pedían al sujeto caballero eran sandeces. Devan se había desentendido con una mofa ante el iracundo caballero y desaparecido en sus aposentos para disponer lo que  iba a serle necesario en su salida.

Preparado para tomar uno de sus caballos salió vestido con una armadura de escamas de cuero, liviana y más cómoda que una de metal para salir a dar una vuelta. Un carcaj con flechas emplumadas de color rojo y blanco, unas botas de montar algo gastadas y su inseparable arco de tejo. Había demostrado siempre una predilección por el arco, su estancia en Árbol de los Cuervos solo acrecentó el gusto que tenía hacia ese arma y desarrolló su habilidad con ella hasta convertirle en un tirador preciso. Tenía casi una docena de arcos en sus estancias, pero aquél le pareció el propicio para la caza, era largo pero sin llegar a su altura y flexible.

A la salida del castillo detuvo su montura para fijarse en un espectáculo que llamaba la atención de algunos ciudadanos, habían montado una especie de escenario con unas lonetas y dos marionetas peleaban. Estas tenían forma de caballeros, uno perseguía al otro y de uno de los flancos del escenario aparecieron otro par que cerraron el paso al que huía. No le costó demasiado imaginarse quién era  el perseguido, los colores con los que el muñeco estaba fabricado eran el azul y el rojo, además de tener una torpe trucha bordada en el pecho. El trío que ridículamente peleaba contra él eran caballeros negros y con voz ronca proferían infantiles amenazas despertando carcajadas mientras el Leyton Tully de trapo les propinaba una soberana paliza acabando la función. Alguien reparó en él, un rechoncho caballero que reía a carcajadas con un espectáculo infantil. - Ser Devan Tully! ¿Os ha gustado la función? Quiero convencer a estos para que la representen delante de vuestro padre - sugirió en un tono que era evidentemente broma, a su padre no se le hacía perder el tiempo con guiñoles. -Oh...llamadme Devan solamente, Mi señor padre no está por la labor de recibir a bufones...aunque por lo visto toda la vida ha tenido Aguasdulces a rebosar de ellos - comentó a su vez acabando con una sonrisilla y espoleando la montura antes de que el caballero pudiera responderle a su vez. Por suerte ya se encontraba a las afueras del pueblo, lo que le faltaba era tener que soltarle otra igual a alguno de camino...